"Los ministros y el pueblo declararon que las profecías de Daniel y del Apocalipsis eran misterios incomprensibles. Pero Cristo había llamado la atención de sus discípulos a las palabras del profeta Daniel relativas a los acontecimientos que debían desarrollarse en tiempo de ellos, y les había dicho: “El que lee, entienda”. Y la aseveración de que el Apocalipsis es un misterio que no se puede comprender es rebatida por el título mismo del libro: “Revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto [...]. Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca” ". Apocalipsis 1:1-3
- Elena White, Conflicto de los Siglos, pág. 340 - Edición 2007 © -
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